EL ARTISTA DE LA PREHISTORIA

 EL ARTISTA DE LA PREHISTORIA

Hace unos 30.000 años el hombre perfeccionó sus hachas, utilizó el hueso y alcanzó un alto nivel cultural al iniciarse en el arte.

El Paleolítico superior comienza con el Auriñaciense. Las hachas de esta época presentan una especie de pedúnculo que facilitaba su manejo. En el Solutrense, adoptan forma de laurel, son finas y aguzadas, como punta de lanza, y en el Magdaleniense aparecen los arpones de hueso, las agujas perforadas y las puntas de lanza de hueso.

El hombre de Neanderthal se transformó o desapareció y dio paso al hombre de Cro-Magnon, más alto, más fino y positivamente más inteligente que su antecesor. Su cabeza era más voluminosa, la frente recta y la mandíbula inferior menos prominente. El tórax no era tan ancho, y quizás su cuerpo no estuviese recubierto de tanto vello, pero en los ojos debía brillar con mayor intensidad el fuego de la inteligencia. Era el primer artista de la humanidad.

Cro-Magnon
 Así como en los anteriores yacimientos se   encuentran sólo elementos que denotan una preocupación primeria (armas para el ataque   y para la defensa), en los yacimientos  del Paleolítico superior surgen las primeras  manifestaciones artísticas, en forma de  figurillas de piedra tallada (las famosas "venus" de Willendorf, de Lespugue, etc.), posibles ídolos de la fecundidad, y exponentes de la belleza femenina en aquellos tiempos, mujeres francamente obesas, de nalgas prominentes y formas tan exuberantes, que a veces cuesta reconocer en ellas la figura humana.

Pero lo más notable de este largo periodo es la pintura rupestre.

Pintura rupestre
El ingeniero español Marcelino de Sautoula paseaba cierto día de 1879 en compañía de su hija por los alrededores de Altamira (Santander), cuando el perro que les acompañaba se introdujo por la grieta de las rocas en persecución de un lagarto. Para hacerle salir, la niña entró en la cueva y al volver con su padre le contó que había visto un toro pintado en la pared. El señor Sautoula exploró lo que había de ser la famosísima cueva de Altamira y quedó maravillado porque intuyó que había realizado un descubrimiento sensacional.

 Sautoula

Sin embargo, hasta los últimos años del siglo pasado, cuando comenzaron a descubrirse pinturas similares en algunas cuevas francesas y no era ya posible negar la realidad del arte rupestre, no se hizo honor a Sautoula, que murió sin haberse podido borrar la acusación de superchería.

La llamada "capilla sixtina del arte cuaternario" se sitúa en el Magdaleniense, en la paleolítico superior.

Al contemplar una pintura rupestre, tan hermosa de líneas como de color, de certeza en el trazo, maravilla considerar que fuese obra de un hombre primitivo, carente de medio y al que sólo le guiaban la intuición y el sentimiento. En ella no se reproducen seres humanos.

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