SALADINO
SALADINO
A partir del año 1174 nuevas amenazas se cernieron sobre los cristianos de Tierra Santa, ya que Saladino (1137-1193) un musulmán con talento y audacia reorganizó el ejército y conquistó Egipto, Siria y Jerusalén. El rey de esta última ciudad, Guy de Lusignan, fue hecho prisionero por los musulmanes tras la batalla de Tiberíades. Saladino en persona arrancó la Cruz del Templo, mandó fundir las campanas y destruir las iglesias cristianas y purificar las mezquinas.
La Iglesia entonces predicó con fervor la Tercera Cruzada, acudiendo al llamamiento tres soberanos famosos en la Historia: Federico I Barbarroja, emperador alemán; Felié II, de Francia, y el rey de inglés, Ricardo Corazón de León. Todos ellos eran monarcas valientes, poderosos y aguerridos; sin embargo, cometieron el error de no aunar sus fuerzas y presentar combates por separada. Barbarroja murió al vadear el río Salef; Felipe II y Ricardo Corazón de León, lucharon entre sí con gran escándalo de la Cristiandad.
Federico I Barbarroja |
Si bien Ricardo conquistó Chipre y derrotó a Saladino en Arsuf, no pudo recuperar Jerusalén, teniéndose que conformar con la estipulación de un tratado que permití a los cristianos visitar el Santo Sepulcro, siempre que fueran desarmados y en pequeños grupos. Ricardo Corazón de León emprendió el regreso a Inglaterra disfrazado de peregrino, con sayal y largas barbas.
Cuenta la leyenda que al atravesar el territorio del duque de Austria fue descubierto y reducido a prisión en venganza del ultraje inferido a la bandera de Leopoldo, en los muros de San Juan de Acre. Blondel, trovador de Arras, cumpliendo el juramente que había hecho de encontrar a su señor, recorría las costillos de Europa cantando una canción conocida por el rey Ricardo. En una ocasión su canto fue coreado tras la ventana de un muro, descubriendo así el paradero de Ricardo Corazón de León, que poco después era rescatado por sus vasallos.
Ricardo Corazón de León |
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