La Historia Hace 5.000 Años...

Nada menos que cincuenta siglos nos separan de los patesis, los reyes sacerdotes que luego en Ur, Lagash y otros lugares, crearon una civilización de intenso perfil religioso. Fabricaban ladrillos, porque la tierra era rica en arcilla, y elevaban palacios, alrededor de los cuales se agrupaban las casas de los comerciantes, y cada ciudad se rodeaba de murallas y puestos fortificados.

Estatuilla de los Patesi

Más adelante aprendieron a levantar "zigurats", torres de varios pisos, a cuya cima se subía por medio de rampas. Los hombres de Sumeria y Akkadia inventaron una escritura pictográfica que más tarde dio lugar a la cuneiforme, llamada así porque sus elementos adoptan la forma de pequeñas cuñas, triangulillos, labrados en la piedra o impresos en los ladrillos de arcilla que utilizaban para redactar sus documentos.

Pintura de la antigua Akkadia

En Akkadia brilló el rey Sargón, que desde el rango de copero real conquistó el trono y extendió sus dominios sobre los territorios de Asia Menor y llegó a consolidar un imperio que declinó a su muerte.

Los nombres de sus sucesores van unidos a una serie de luchas para ensanchar sus respectivos dominios, aumentar las zonas de regadío y conquistar más riquezas.

Unos 2.000 años antes de Cristo surge una ciudad fabulosa a orillas del Éufrates: Babilonia. Se cuenta que estaba rodeada de murallas y en su interior existían hermosos jardines. Aquéllas eran tan anchas que por su paseo superior podían circular hasta cuatro carros de guerra a la vez.

Interpretación de la antigua Babilonia

Hammurabi (1728-1686) fue el primer gran rey de Babilonia. Es famoso porque codificó las leyes y costumbres dispersas, y nos legó el célebre Código de Hammurabi; posiblemente el más antiguo del mundo. Está grabado en una gran losa de basalto azul. De este código data la célebre ley de Talión: "Ojo por ojo, diente por diente".

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