Mudéjares y Judíos

 MUDÉJARES Y JUDÍOS

Imagen de mudéjares en un manuscrito

Las cláusulas estipuladas en la capitulación no fueron cumplidas con el rigor prometido. El cardenal Cisneros se obstinó en convencer a los alfaquíes de la falsedad de su religión, para que abrazaran el Cristianismo. Ello fue motivo de que estallasen numerosos conflictos y se produjeran levantamientos que terminaron con la pragmáticas de 11 de febrero de 1502, en virtud de la cual se obligaba a todos los mudéjares a abjurar del mahometismo o a salir de España. La mayoría optaron por la primera solución, aunque secretamente continuaron practicando el islamismo.

En 31 de marzo de 1492, los Reyes Católicos habían promulgado un edicto mediante el cual obligaban a los judíos a bautizarse o a salir de España en el término de cuatro meses. Ello era consecuencia del odio que las clases populares sentían contra ellos, y del deseo de conseguir la unidad espiritual de España. La medida obligó a emigrar a unas 35.000 familias que componían un total de medio millón de personas.

Reyes Católicos

Casi todos marcharon a Portugal de donde, más tarde, fueron expulsados. En la península de los Balcanes y especialmente en Salónica (Grecia), viven todavía muchos judíos descendientes de los expulsados de España. Se les llama "sefardíes" (de Sefarat, España) y conservan la lengua castellana del silgo XV.

Muchos de los judíos conversos siguiente practicando en secreto su antigua religión, por lo que eran más odiados que los otros; en consecuencia, fueron frecuentes los tumultos, excesos y matanzas de judíos. Ello dio lugar al establecimiento del Tribunal de la Inquisición, competente para juzgar los delitos de apostasía cometidos por los judíos. Los castigos podían llegar incluso al de muerte en la hoguera. En el primer año de funcionamiento de la Inquisición (1481-1482), fueron quemados en Sevilla más de dos mil judíos. El rigor de los Inquisidores obligó al Papa a aconsejar mayor moderación.

Imagen de la Inquisición 

En las luchas que los Reyes Católicos sostuvieron con Francia, los monarcas de Navarra seguían una conducta equívoca y a menudo favorable al monarca francés. D. Fernando el Católico exigió a los reyes de Navarra, Catalina y Juan de Albrit, la promesa de guardar estricta neutralidad y la entrega de tres plazas fuertes desde las que se pudieron evitar la entrada de tropas procedentes del vecino reino.
D. Fernando el Católico

La situación de los navarros se vio complicada antes las pretensiones de Luis XII de Francia, con el cual estipularon el Tratado de Blios, comprometiéndose a impedir el paso de tropas españolas y a declarar la guerra a Fernando el Católico. Cuando éste tuvo conocimiento del hecho ordenó al duque de Alba la invasión de los territorios navarros. La rapidez del ataque hizo imposible la resistencia y Pamplona se rindió el 25 de julio de 1512. Fernando el Católico respetó la organización, costumbres e instituciones peculiares de los navarros que, desde entonces, han formado parte de la unidad política de España, aunque conservando sus fueros, tradiciones y libertades.

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